Por Cosme Beccar Varela
Durante cinco años dijeron que Kirchner era un político sagaz y hombre de mucha autoridad. Contra la evidencia de su notoria oligofrenia hacían valer las audaces medidas tomadas por su gobierno de usurpación, entre ellas, la defenestración de las cúpulas de las tres fuerzas armadas en los primeros quince días de su instalación en el poder; la supuesta "liquidación" de su patrocinador Duhalde; la pretendida victoria electoral en el 2005; su audaz golpe de Estado para quedarse en el poder una vez vencidos los cuatro años de su "mandato", contrariando frontalmente la Constitución; la estafa a los acreedores del Estado en Dubai; la captación de los radicales "K"; el asalto a la Corte Suprema; la paulatina pero inexorable destrucción de las FFAA y el secuestro de 400 oficiales contra toda ley y toda justicia; el dominio de la prensa; los dólares de la soja, etc. etc. etc.
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Durante cinco años dijeron que Kirchner era un político sagaz y hombre de mucha autoridad. Contra la evidencia de su notoria oligofrenia hacían valer las audaces medidas tomadas por su gobierno de usurpación, entre ellas, la defenestración de las cúpulas de las tres fuerzas armadas en los primeros quince días de su instalación en el poder; la supuesta "liquidación" de su patrocinador Duhalde; la pretendida victoria electoral en el 2005; su audaz golpe de Estado para quedarse en el poder una vez vencidos los cuatro años de su "mandato", contrariando frontalmente la Constitución; la estafa a los acreedores del Estado en Dubai; la captación de los radicales "K"; el asalto a la Corte Suprema; la paulatina pero inexorable destrucción de las FFAA y el secuestro de 400 oficiales contra toda ley y toda justicia; el dominio de la prensa; los dólares de la soja, etc. etc. etc.
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