En realidad, somos lo que nos animamos a ser. Es una cuestión de coraje y temple moral.
También podemos ser el perro de Femón.
Yo ladro y muerdo... ¿Y Ud.?
Por Juan Carlos Sánchez Dodorico
- Vitelio, en una época mejor habrías sido uno de los hombres más virtuosos. ¿Cómo fue, entonces, que tu recta naturaleza adquirió una especie de joroba permanente por hacer continuamente el cortesano?
- Era inevitable bajo una monarquía –respondió-, por benévolo que fuese el monarca las antiguas virtudes desaparecen. La independencia y la franqueza ya casi no existen; la complaciente anticipación de los deseos del monarca es entonces la mayor de las virtudes. O bien hay que ser un buen .........................
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