sábado, 27 de septiembre de 2008
Mi testimonio
Enfermé gravemente, me diagnosticaron "metástasis en cerebro", tenía siete tumores que ocupaban parte de él. No podía articular palabras, no podía escribir y prácticamente "arrastraba" todo mi lado derecho.
Héctor Fernando Petricic
Estimados amigos:
Quiero compartir con ustedes mi testimonio.
Como Confirmado en la Fe Católica tengo la obligación de dar testimonio. De ser testigo.
En el año 2000, luego de pedir previamente durante bastante tiempo a la Santísima Trinidad y a la Santísima Virgen que de alguna manera me sacaran de donde estaba, pues allí había algo que no era bueno para mí ni para mi familia, Dios me sacó, ¡y como!
Enfermé gravemente, me diagnosticaron "metástasis en cerebro", tenía siete tumores que ocupaban parte de él. No podía articular palabras, no podía escribir y prácticamente "arrastraba" todo mi lado derecho. Con corticoides lograron que empezara a hablar y lograra cierto movimiento. Me dieron entre ocho días y dos meses de vida.
Me trasladaron a la Capital Federal para que terminara allí mis días con mejor calidad de vida, en un Hospital con muy buena atención médica especializada.
Pasaba en tiempo, no podían encontrar donde estaba el origen del cáncer.
Manifesté a mis familiares (mi esposa e hijos) mi intención de ir hasta el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de San Nicolás, una de las advocaciones de Nuestra Reina de la que soy devoto.
Uno de mis cuñados se ofrece a llevarme junto a mi esposa y a mi hija.
En el Santuario, bajé a la cripta con mi hija, allí donde está (no se si estará aún) el anillo de bronce, recé (digamos, hablé) con la Santísima Trinidad y con mi Reina, pedí algo y les dije el "para que" pedía eso.
Luego subimos las escaleras hasta el templo para asistir a la Misa. Cuando faltaban unos tres escalones para llegar, algo, como si fuera una muy leve presión sobre el pecho me detiene. Ahí me doy cuenta de que se trataba, le pregunto a mi hija: ¿te estás dando cuenta de algo? y ella me contestó: "Si papá, estás subiendo las escaleras sin ayuda y sin tomarte del pasamanos". Evidentemente Nuestro Señor y mi Reina, querían que nos diéramos cuenta de que ya estaban Obrando.
Comencé a caminar algo mejor cada día. A los pocos días me operan el cerebro para extraerme uno de los tumores mas externos (sin anestesia por que le tengo miedo y además porque no duele), para realizar una biopsia, me hacen unos antígenos, y resultado final... ¡no tenía cáncer!
A partir de ese momento el diagnóstico cambia por "paracoccidioideomicosisistémica" con compromiso cerebral.
Estando en tratamiento ambulatorio en casa de mi madre fue a visitarme la Hermana Cornelia, que era alumna mía en el Colegio donde fui vicerrector y profesor. Charlando de varios temas le pregunto ¿que habré hecho para que Dios me castigue con esta enfermedad?... La respuesta llegó por boca de la religiosa que me dijo mas o menos así: "No Fernando, Dios no te está castigando, Él veces nos usa de instrumento para redimir a otras personas mediante nuestras enfermedades y sufrimientos y te ha elegido a vos para que colabores con su plan de redención de los otros".
Y digo que la respuesta vino por boca de ella, porque casi de inmediato se levantó
se despidió y nunca más volví a verla. Evidentemente el Señor me estaba dando una gran lección con esas palabras.
Esa gran lección es que, en muchas circunstancias, aunque las cosas que nos ocurren nos parezcan las peores y suframos, resulta ser que eso que nos está ocurriendo es lo mejor que nos puede ocurrir, son en realidad una enorme bendición del Señor.
Cuando regresé a continuar con mi cargo y mis asignaturas, estuve un tiempo viviendo solo ya que mi familia se había instalado en otra provincia por cuestiones económicas y hasta que yo pudiera reunirme con ella. En esa soledad empecé a comprender todo lo ocurrido, mi Angel de la Guarda hacía sentir diariamente su presencia a mi lado con esa sensación dulce, cariñosa, amorosa, alegre, confiada, de enorme protección y de anonadamiento. Y aún hoy me hace sentir su presencia.
Aún hoy mi Señor me hace sentir que escucha mis ruegos, solo que las cosas me las da únicamente si son buenas para mí y los míos, pero a su debido tiempo y en el momento justo y oportuno y según su plan y su Santa Voluntad. Y si las cosas no son buenas para mí y los míos, no me las otorga.
Aclaro que no padezco de delirio místico como alguien me insinuó, soy perfectamente normal. Solo que el Señor me concedió la grandiosa gracia de que lo conociera sin verlo, sin escucharlo hablar y de que entendiera muchas cosas relacionadas con Él o que venían de Él que antes no entendía. (En su inmenso amor y cariño, muchas veces nos hace bromas y no las entendemos).
Aprendí que muchas veces Él se vale de determinadas situaciones para concedernos lo que pedimos o necesitamos. Y ocurre que en nuestra limitación humana no entendemos que Dios nos está beneficiando con una bendición, con una gracia.
Aprendí, que hay que ser paciente, saber esperar, practicar la Fortaleza, saber hablar (rezar) con Él y buscar su respuesta en lo que nos ocurre o en algo que alguien (de bien) nos dice.
Aprendí, que gracias a esa enfermedad pude irme de donde estaba y que todo lo que se me presentó después de ella fue mucho mejor que antes.
Aprendí lo inmensamente bondadoso y amoroso que es el Padre
Aprendí lo que es la belleza de la amistad con Jesús, como se preocupa por nosotros.
Aprendí que el Espíritu Santo nos ilumina y nos otorga dones y consuelos.
Me hice amigo de mi Angel de la Guarda.
Aprendí que Nuestra Madre, María Reina, siempre está haciendo de abogada nuestra allá en el Cielo, si, y allí la escuchan.
Aprendí que estoy vivo gracias a Dios.
Por todo esto que doy testimonio, les digo a todos los que de alguna manera sufren (enfermos, postrados, perseguidos, presos inocentes y de los otros, etc.), que ofrezcan su dolor al Señor para la Salvación de ustedes y nuestra, para la Salvación de los demás, para lavar nuestras culpas, para que la Argentina se Salve.
En Nuestro Señor, María Reina y la Patria, un abrazo.
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3 comentarios:
Muy buen articulo Recibidos
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marcos mario eberle patterson a hfpetricic, usuario
mostrar detalles 28-sep (1 día antes)
Hector fenando, muy bueno tu articulo que apareció en PyD, doy fe de lo que expresas, ya que te conozco de nuestro Colegio Militar y se como sos, no has cambiado un apice y te mantienes firme en tu concepcion cristiana de la vida, me siento orgulloso de tenerte entre mis amigos y me preocupe cuando me contaste aquella vez de tu enfermedad, hoy la entendi mejor cuando la describiste para el diario de nuestro comun amigo carlitos sanchez, el que nos da lugar en su diario digital y nos da voz, cuando todos nos dejan de lado.
Te conozco desde Curso Preparatorio en el 64 y no has cambiado, nuevamente te felicito.
Un fuerte abrazo y cariños a la familia
PD Este mensaje tiene copia para Carlos, ya que deseaba comentarle que te conozco y mas de lo que te piensas y que tus palabras son reales de un hombre de Fe y permanente Testimonio Cristiano
Mario Eberle Patterson
Comodoro Rivadavia (Chubut)
Hector Fernando, muy bueno tu articulo que apareció en PyD, doy fe de lo que expresas, ya que te conozco de nuestro Colegio Militar y se como sos, no has cambiado un apice y te mantienes firme en tu concepcion cristiana de la vida, me siento orgulloso de tenerte entre mis amigos y me preocupe cuando me contaste aquella vez de tu enfermedad, hoy la entendi mejor cuando la describiste para el diario de nuestro comun amigo carlitos sanchez, el que nos da lugar en su diario digital y nos da voz, cuando todos nos dejan de lado.
Te conozco desde Curso Preparatorio en el 64 y no has cambiado, nuevamente te felicito.
Un fuerte abrazo y cariños a la familia
PD Este mensaje tiene copia para Carlos, ya que deseaba comentarle que te conozco y mas de lo que te piensas y que tus palabras son reales de un hombre de Fe y permanente Testimonio Cristiano
Mario Eberle Patterson
Comodoro Rivadavia (Chubut)
Extraordinario testimonio Camarada, siga adelante con toda las fuerzas lo necesitamos para que nos ayude a Recuperar a nuestra querida Argentina. Le saluda en Cristo, Guillermo Rojas de la Red Patriotica Argentina
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